Aplastamiento de las gotas
Aplastamiento de las gotas. Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós. Julio Cortázar
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Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi, es un verso de Cesare Pavese
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Imagen tardía
Imágenes tardías: A las niñas les crecen largas piernas, delicadas orejas, incandescentes vellos, moluscos sumergidos, muslos húmedos, cabelleras doradas por el viento de otoño, insondables ojeras, párpados y pétalos, cinturas inasibles, precipitados límites del cuerpo hacia la lenta noche del amor, su infinita mirada. José Ángel Valente
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