Aranjuez
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Todos los jardines de un jardín.- Paseabas por esa miniatura que es Aranjuez, recorriendo los senderos casi perfectos del Parterre y los Jardines de la Isla. Allí estás, ensimismada, mirando aquel horizonte de árboles exóticos traídos de los cuatro rincones del mundo, andando despacio de la mano de tu hija. Allí está el agua y el rumor de los jardines árabes, como un sonido tenue que fluye, que te invita a visitar sitios recónditos de ti misma. Luego, la geometría de los jardines franceses, su hiriente perfección, imitando quizá la arista cortante de tus palabras cuando te pones seria e imposible. También las elusivas figuras mitológicas del jardín manierista italiano y los parterres de flores como si estuvieras en Flandes recorriendo canales y campos que se extienden sin límites de verdor. El Mar de Ontígola, la Fuente de las Arpías, la Cascada de las Castañuelas. Están delante de ti. Separa, con la mano, el velo de encaje que forman las ramas de los sauces llorones de la orilla. Quédate en silencio y toca el corazón frío de la piedra y del agua porque son dones benignos. Es invierno y la luz está dormida. Estamos juntos, la vida nos regala este contenido dulzor. Juan Yanes
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De Vita Beata
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De Vita Beata.- En un viejo país ineficiente,/ algo así como España entre dos guerras/ civiles, en un pueblo junto al mar,/ poseer una casa y poca hacienda/ y memoria ninguna. No leer,/ no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,/ y vivir como un noble arruinado/ entre las ruinas de mi inteligencia. Jaime Gil de Biedma
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Toma y toma la llave de Roma
Nocturno.- Toma y toma la llave de Roma,/ porque en Roma hay una calle,/ en la calle hay una casa,/ en la casa hay una alcoba,/ en la alcoba hay una cama,/ en la cama hay una dama,/ una dama enamorada,/ que toma la llave,/ que deja la cama,/ que deja la alcoba,/ que deja la casa,/ que sale a la calle,/ que toma una espada,/ que corre en la noche,/ matando al que pasa,/ que vuelve a su calle,/ que vuelve a su casa,/ que sube a su alcoba,/ que se entra en su cama,/ que esconde la llave,/ que esconde la espada,/ quedándose Roma/ sin gente que pasa,/ sin muerte y sin noche,/ sin llave y sin dama. Rafael Alberti
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Peces de arsénico como tiburones
Edificio de la Potsdamer Platz, Berlín. El título del post es un verso de García Lorca del poema, Grito hacia Roma desde la torre del Chysler Building, de Poeta en Nueva York
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Cosas fundadas en el silencio
. . . . . . . . . Instante. Déjame limpio/ El aire de los cuartos/ Y liso/ El blanco de las paredes/ Déjame con las cosas/ Fundadas en el silencio. Sophia de Mello Breyner
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